lunes, 27 de septiembre de 2010

Satoshi Kon (今敏 1963-2010)


El cine de animación japonés es lo más cercano a la construcción de una catedral gótica. Es resultado de una labor colectiva sin la cual no existiría, y a la vez es producto de una poderosa imaginación personal. Satoshi Kon fue un constructor de catedrales animadas. Ilustrador de historietas manga, diseñador, escritor y director, alcanzó la perfección de su estilo en animaciones como World Appartment Horror, (1991, junto a Katsuhiro Otomo), Millennium Actress (2001), Tokyo Godfathers (2003) y Paprika (2006). Su temprana muerte crea un vacío enorme en este mundo paralelo que es la animación japonesa (por mucho a la vanguardia mundial desde hace dos décadas). Cuando Satoshi Kon fue diagnosticado de cancer, hace unos meses, buscó por distintos medios una cura que no lo sometiese a tratamientos agresivos y hospitalarios. Quiso esperar la muerte en su hogar y escribió algunas notas acerca de este lento transito ad mortem. Adiós Satoshi Kon, constructor de catedrales ( Carlos de Landa):

Último escrito de Satoshi Kon

domingo, 26 de septiembre de 2010

José Luis Brea y el pensamiento libre



José Luis Brea no fue en ningún momento un pensador acomodaticio al sistema y no ahorró penetrantes, casi heroicas, críticas a ciertas políticas museísticas que no dejaron indiferentes a nadie y por las que fue objeto de más de una incomprensión y de injustos olvidos. Reivindicó el pensamiento libre no basado en el consenso ni sometido a los poderes fácticos y siempre lejos de lo que denominaba “lamentable bienestar”. Pero sobre todo practicó aquello que es tan poco común en nuestra profesión: la generosidad… y no únicamente la de amigo a amigo, de colega a colega , sino la más difícil: la generosidad científica. Sólo hay que consultar su página WEB (www.joseluisbrea.net) para constatar que su saber va más allá de fronteras, de la materialidad unida a la escritura, la biblioteca o el archivo de los centros hegemónicos de la cultura. Todo o casi todo su pensamiento, su obra, está en software libre y desde hace ya mucho tiempo al alcance de un lector “global”.

Y todo ello sin dejar de espolear lo que denominaba “economía de afectividad”: una geografía de los afectos , una afectividad precisa y cristalográfica. Y es precisamente esta metáfora de lo mineral lo que late crípticamente en el, ahora sí , ya último artículo en ::salonKritik:: que, como dejó dicho Brea , sólo podía ser publicado y leído después de su muerte: me refiero al ensayo "Mineralidad absoluta (el cristal se venga)" en el que bajo el dictado de Nietzsche, camufla el vértigo de una muerte inminente en la figura del “cristal”, el nivel más puro del mineral como decía el filósofo alemán para referirse al hecho que nuestro destino no era otro que el reino mineral. Con una valentía y un coraje absolutos, Brea nos hace participes de la conciencia de un tiempo último, sin regreso, de una vida en su fuga definitiva, en la que la materialidad absoluta más que la negra noche de un agujero en el centro de la materia es núcleo desde el que afloran la luz, los puntos interconectados, las chispas “sinápticas” o transmisoras que nos llevan hacia lo imprevisible: el destino final. Anna María Guasch

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Julien Coupat



En Francia, actualmente se vive el fin de un periodo de congelación histórica cuyo acto fundador fue el acuerdo aprobado entre gaullistas y estalinistas en 1945 para desarmar al pueblo con el pretexto de “evitar una guerra civil”. Los términos de este pacto podrían formularse así, por hacerlo rápido: mientras la derecha renunciaba a sus acentos abiertamente fascistas, la izquierda abandonaba toda perspectiva seria de revolución. La ventaja con la que juega y de la que disfruta, desde hace cuatro años, la camarilla sarkozista, estriba en haber tomado la iniciativa unilateral de romper este pacto al reconciliarse “sin complejos” con los clásicos de la reacción pura: sobre los locos, la religión, Occidente, África, el trabajo, la historia de Francia, o la identidad nacional.
Frente a este poder en guerra, quien ose pensar estratégicamente y compartir el mundo en amigos, enemigos y cantidades despreciables, la izquierda queda paralizada. Es demasiado cobarde, está demasiado comprometida, y por así decirlo, demasiado desacreditada para oponer la menor resistencia a un poder que no osa tratar como enemigo y que le arrebata uno a uno a los más astutos de sus elementos. En cuanto a la extrema izquierda a la Besancenot, cualesquiera que sean sus resultados electorales, y aunque haya salido del estado grupuscular en el que vegetaba desde siempre, no tiene otra perspectiva más deseable que ofrecer que el tono gris soviético a penas retocado con Photoshop. Su destino es decepcionar.
En la esfera de la representación política, el poder establecido no tiene nada que temer, de nadie. Y desde luego no son las burocracias sindicales, más vendidas que nunca, las que van a importunar, las que desde hace dos años bailan con el gobierno un ballet tan obsceno. En estas condiciones, la única fuerza que puede ir directamente contra la banda sarkozista, su único enemigo real en este país, es la calle, la calle y sus viejas inclinaciones revolucionarias. De hecho, sólo ella, en los disturbios que siguieron la segunda vuelta del ritual plebiscitario de mayo de 2007, ha sabido elevarse por un instante a la altura de la situación. Sólo ella, en las Antillas o en las recientes ocupaciones de empresas o de facultades, ha sabido hacer entender otra palabras. Este análisis sumario del teatro de operaciones ha debido imponerse bastante pronto porque las informaciones generales hacían aparecer, desde junio de 2007, bajo la pluma de los periodistas a las órdenes (y en particular en Le Monde) los primeros artículos que desvelaban el terrible peligro que harían pesar sobre toda vida social los “anarco-autónomos”. Para comenzar, se les atribuía la organización de disturbios espontáneos, que en tantas ciudades saludaron el “triunfo electoral” del nuevo presidente.
Con esta fábula de los “anarco-autónomos” se ha diseñado el perfil de la amenaza a la que se ha empleado dócilmente el ministro del interior, con detenciones focalizadas en redadas mediáticas, para dar un poco de carne y algunas caras. Cuando ya no se llega a contener lo que desborda, todavía se puede asignarle una categoría y encarcelarlo. Ahora bien, la de “alborotador”, en la que ahora se cruzan desordenadamente los obreros de Clairoix, los críos de las ciudades, los estudiantes que bloquean y los manifestantes de las contracumbres, siempre eficaz en la gestión corriente de la pacificación social, permite criminalizar los actos, no las existencias. Y es la intención del nuevo poder atacar al enemigo en cuanto tal, sin esperar a que se exprese. Esa es la vocación de las nuevas categorías de la represión. Julien Coupat


Samuel Beckett



Encontrar una forma que se acomode al desorden, esa es la tarea del artista hoy. Samuel Beckett

sábado, 11 de septiembre de 2010

martes, 7 de septiembre de 2010

El imaginario tecno-biótico (Jeff Jacobson)




“La ciencia y la tecnología actuales no pretenden ya sólo comprender y reproducir los procesos naturales, sino engendrar nuevas formas de vida que nos asombren; la meta no es ya dominar la naturaleza (tal y como es), sino engendrar algo nuevo, más grande y fuerte que la naturaleza ordinaria, incluidos nosotros mismos”. -Slavoj Žižek,

lunes, 6 de septiembre de 2010

Del acontecimiento (James Nachtwey)


ruínas del World Trade Center, Nueva York, 2001


La contemporaneidad se inscribe en el presente y lo marca, ante todo, como arcaico, y sólo quien percibe en lo más moderno y reciente los indicios y las marcas de lo arcaico puede ser contemporáneo. Arcaico significa: cercano al arké, es decir, al origen. Pero el origen no está situado sólo en un pasado cronológico, él es contemporáneo al devenir histórico y no cesa de actuar en éste, de la misma manera que el embrión sigue actuando en los tejidos del organismo maduro y el niño en la vida psíquica del adulto. La división y, al mismo tiempo, la cercanía, que definen la contemporaneidad tienen su fundamento en esta cercanía con el origen, que en ningún punto late con tanta fuerza como en el presente. Quien ha visto por primera vez, llegando al amanecer por mar, los rascacielos de Nueva York, rápidamente percibe esta facies arcaica del presente, esta proximidad con las ruinas cuyas imágenes atemporales del 11 de septiembre hicieron evidentes a todos. Giorgio Agamben

viernes, 3 de septiembre de 2010

MEAT BEAT MANIFESTO

Adiós a José Luis Brea


Conceptos zombi

´El nuestro es un tiempo de transformaciones profundas, de movimientos tectónicos que afectan a la totalidad de los modos de organizarse el mundo, al dominio categorial que articula nuestras capacidades de comprenderlo y habitarlo. Si se quiere, la crítica tiene que ver con el desajuste que se vive entre esos procesos de cambio tremendo, profundo, y la inmovilidad mantenida en las arquitecturas institucionalizadas del discurso´. J.L.B